sábado, 2 de agosto de 2014

Así ardía el arma más misteriosa del Imperio bizantino

Un dromón bizantino utiliza el fuego griego en plena batalla. / J. A. Peñas

La composición exacta del fuego griego no se ha conservado hasta hoy, pero esta es una posible reconstrucción de su funcionamiento. Los bizantinos guardaron celosamente el secreto de su composición, de la que solo quedan suposiciones. “No se puede poner en duda la existencia del fuego griego, pero hay que tener en cuenta que fue el secreto militar mejor guardado de la historia”, asegura Soto.
Aun así se sabe que la mezcla, que era líquida, incluía nafta –una fracción del petróleo también conocida como bencina–, azufre y probablemente amoníaco. Sin embargo, también se han propuesto otras sustancias como la cal viva o el nitrato.
Los ingenieros emplearon todo su ingenio a la hora de utilizar el arma, y dotaron a los barcos de dispositivos hidráulicos que, accionados por una bomba de mano, regaban con fuego los barcos enemigos. Los marineros utilizaban recipientes de cerámica relleno de fuego griego que lanzaban sobre las naves enemigas.

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